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Relatos cortos

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"Una piedra litográfica sin imprimir"

Introducción

 

Pudiéramos comenzar por el principio del universo, de nuestro planeta, de la civilización humana, ya que de humanos, historia, inventiva, desarrollo, imaginación y fantasía, tratará todo lo que encuentre a partir de este párrafo. Desde luego, no nos remontaremos tanto atrás, como cuando fue creado el universo y todo lo que fue llegando paso a paso dejando incontables huellas hasta este preciso instante. Eso si, con la posibilidad que me ha sido otorgada por mi hijo desde ese mas allá, tan misterioso y rebuscado por muchos, puedo viajar desde este tiempo, al pasado y por que no también al futuro, pasando lógicamente por este mismo presente.

¿Eso de viajar en el tiempo le pudiera parecer muy fantasioso?... es verdad. Pero puedo asegurar, si realmente lo desean, que a medida que quieran descubrir con quien desean comunicarse, podrán lograrlo sin lugar a dudas. Solo necesitara algunos factores que estén dentro de su corazón y su mente. Unos la llaman Fe, tendencia religiosa, fantasía, imaginación, poder de la mente, sentimiento del corazón, comunicación con lo divino, con el universo,

con un Dios especifico, con un ser supremo… y un sin número de posibilidades que todos, absolutamente todos tenemos en nuestro interior. Solo es cuestión de no pararse en medio de dos caminos que se cruzan, es decidir con seguridad, cual de esos caminos tomar en esta vida. Recientemente leí en un libro de Paulo Coelho, “Es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños, que ser derrotado sin siquiera saber porque se está luchando”.

Mi verdadera razón de ser, siempre ha sido la comunicación con todo lo que esta a mi alrededor, cualquiera que fuese. Desde el mas remoto sonido de un rayo, la lluvia sobre cualquier superficie principalmente los techos de zinc, el llanto o gemido de cualquier ser al nacer, una señal de humo, el canto de un pájaro, el fluido de la sangre, y hasta por que no, el sentimiento interno cuando se pierde un ser querido. Todo en esta vida nos deja saber que realmente existimos, que estamos ahí, aunque a “ellos” no podamos verlos, puedo asegurar que “ellos” si nos ven y sienten por cada uno de nosotros.

En algún tiempo real, escuché a varios “seres vivos”, decir entre ellos, que no existían pruebas sobre como pudiese ser la existencia después de desaparecer el cuerpo físico, aquello les preocupaba grandemente y es una realidad. También escuché, que se pasa a otra dimensión, a otro estado del espíritu en otro nivel de existencia. Solo puedo asegurar que lo mas real que puede haber verdaderamente es la comunicación, cualquiera que sea, la que usted escoja, la que le quede mas cómoda y fácil, esa que puede estar pensando ahora mismo y solo espero que puedan ser estas palabras organizadas a manera de conversación escrita, entre nosotros y todos los demás que existen a su alrededor.

Pero no nos desviemos del punto inicial, que nunca será el comienzo de la civilización en este planeta. Mucho tiempo ha transcurrido, mucha lluvia ha caído, mucho sol nos ha alumbrado a todos nosotros, muchos sueños han vivido junto a nuestra almohada, ya que “el sueño reconforta el cuerpo pero además, alimenta el alma”.

Sin pretender un orden cronológico, pudiéramos comenzar estos relatos por el principio, como debe ser, o quizás, por uno de los principios de esta narración, que resultará algo histórico, pero que no debe ser así, más bien de la convivencia del arte de toda una vida, allá por el año 480 de estos tiempos. Puede ser fácil decirlo en esos simples números pero, han pasado “mil quinientos treinta” años y algo más. Todo hasta este preciso instante se ha desarrollado en paralelo con el ser humano. La ciencia ha invadido el mercado desde hace mucho tiempo pero recordemos que, “La magia es solo una ciencia que no logramos entender aun”. Sin ir muy lejos, trataré de unir ciencia, realidad, y magia en cada línea que les relataré.

Para continuar con esta historia, ir a "CONTACTO", envíe un mensaje y le responderé con el resto, gracias por su tiempo y apreciación.

Derechos reservados de Arturo A. Palomino
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